viernes, 10 de enero de 2014

Trinidad: 500 años revividos en la historia de sus calles.


Iglesia de la Santísima Trinidad

Confieso que nunca he visitado Trinidad. Lo que sé de la tercera villa de Cuba, lo he encontrado en los periódicos nacionales y el internet, que andan hablando de cómo remodelan la ciudad perteneciente a la provincia Sancti Spíritus. Este 12 de enero sus calles rocosas y construcciones coloniales cumplirán 500 años de vida.

Trinidad, conocida como la ciudad Museo de Cuba, encanta a los ojos curiosos por la belleza de la iglesia de la Santísima Trinidad donde se encuentra el Cristo de Veracruz, un altar de mármol para realizar el culto de la virgen de la misericordia, que según los entendidos, es el único de su género en el país.

Las fotos atraen a caminar por las Plazas de Santa Ana y Las tres Cruces, el Palacio del Conde Brunet, que se le nombra actualmente El Museo Romántico, el Palacio de Cantero con tres pisos y un mirador de la ciudad y el de Borrell, famoso por las pinturas en sus paredes. A 12 kilómetros de la villa se puede disfrutar de la playa Ancón.


Junto al valle de los Ingenios en 1988 la UNESCO declaró a la Villa de la Santísima Trinidad Patrimonio Mundial de la Humanidad, y hoy está entre las ciudades mejor conservadas de América.

Mientras descubría a Trinidad por lo que cuentan sus fuentes bibliográficas, pude convencerme de esto: visitarla es transportarse en el tiempo, encontrase con la historia de hace 500 años.