Desde
tiempos remotos, el cerdo ha estado presente en la vida y la mesa del cubano.
Si el refrán popular refiere que el perro es el mejor amigo del hombre, para
los habitantes de Cuba, el cerdo ocupa el lugar del perro.
Aunque
queremos a esos peluditos, porque cuidan la casa y avisan con sus ladridos o lo
tenemos como mascota, la compenetración del cubano con el cerdo comienza
cuando lo crían siendo pequeños, los bañan, o tienen una ‘’puerca’’ para echarle
‘’berraco’’ y así tenga ‘’puerquitos’’.
Al cerdo se
le cuida porque ayuda a la diversión. En fin de año la tradición es ponerlo a
la púa darle vueltas hasta que ase, mientras tanto tomar unas bebidas y cuando
está doradito comerlo con moros y cristianos que conocemos como congríz, yuca frita y ensalada.
Pero
también constituye una inversión, que con el tiempo y buena alimentación
suministrada, el cerdo puede venderse y el dueño obtiene miles de pesos, que le
sirven para comprar lo que se había propuesto.
Quizás el
cerdo sea el único animal donde todo se puede aprovechar en la nutrición: hasta
las vísceras Aunque la carne es perjudicial, por su elevado contenido de
grasas, al cubano le encanta comer chicharrón, utilizando la manteca mezclada
en el fufú de plátano macho y fongo.
Sepan que hay
quienes se encariñan con algunos cerdos. Sobre todo si lo bañan todas las
tardes con una manguerita. Créanme cuando alguien de la familia decide matarlo
se puede hasta llorar,. Así es: el cerdo es el mejor amigo del cubano.