jueves, 3 de abril de 2014

Organización de Pioneros José Martí, orígenes y propósitos.

El cuarto día de abril se hace aún más espléndido. La Organización de Pioneros José Martí, (OPJM, por sus siglas) celebra su cumpleaños cincuenta y tres. Estupenda oportunidad para echar un breve vistazo a sus orígenes y propósitos.
En las fuentes estudiadas se legitima que en 1931 surgió la Liga de Pioneros de Cuba (LPC), la cual funcionó solamente durante un lustro. Es a partir del triunfo de enero de 1959, que se crea el 4 de abril de 1961, la Unión de Pioneros Rebeldes (UPR), con el lema de ¡Venceremos! Un año después, se convirtió en la Unión de Pioneros de Cuba (UPC), con la consigna de ¡Pioneros Siempre listos!


Hasta ese momento (1966), la membresía era minoritaria, por selección. De ahí que, en aras de masificar el movimiento pioneril, en el Tercer Congreso de la Unión de Jóvenes Comunistas (1977), se acordó convertirla en Organización de Pioneros José Martí, con notables modificaciones en su estructura y funcionamiento.

Entonces agruparía a los estudiantes cubanos, desde el primer grado de la enseñanza primaria, hasta el noveno, de la secundaria básica.

La OPJM fomenta entre sus miembros el estudio, el sentido de responsabilidad social, el amor a la patria y a los pueblos del mundo. Sobresale en sus propósitos la realización de actividades deportivas, culturales y recreativas; además de promover cualidades morales tales como el sentido del honor, la modestia, el valor y la solidaridad.

El lema acordado en uno de sus plenos en 1968: “Pioneros por el Comunismo ¡Seremos como el Che!” sintetiza la máxima aspiración de acercarse a su modelo en gesto de valentía, honradez, disciplina, modestia y virtudes que enaltecen la personalidad.

Quienes sobrevivimos el medio siglo, podríamos dar testimonio del protagonismo de la organización, en la vida estudiantil de los (as) pioneros (as). Quienes gozamos el bienestar del abuelazgo, podríamos tejer infinidades de anécdotas en alabanzas; desde ese inolvidable día octubrino tras presenciar la ceremonia de ingreso; hasta verles luego, participar en diversas actividades y representaciones de héroes y mártires, en reedición y tributo a la historia de la Patria.

Recuerdo hoy aquel primer congreso pioneril (La Habana, 1991) en tantos rostros de la ternura y en sonrisas del corazón al decir con fundamento: “Somos felices aquí”.