El
cuarto día de abril se hace aún más espléndido. La Organización de
Pioneros José Martí, (OPJM, por sus siglas) celebra su cumpleaños
cincuenta y tres. Estupenda oportunidad para echar un breve vistazo a
sus orígenes y propósitos.
En
las fuentes estudiadas se legitima que en 1931 surgió la Liga de
Pioneros de Cuba (LPC), la cual funcionó solamente durante un lustro. Es
a partir del triunfo de enero de 1959, que se crea el 4 de abril de
1961, la Unión de Pioneros Rebeldes (UPR), con el lema de ¡Venceremos!
Un año después, se convirtió en la Unión de Pioneros de Cuba (UPC), con
la consigna de ¡Pioneros Siempre listos!
Hasta ese momento (1966), la membresía era minoritaria, por selección.
De ahí que, en aras de masificar el movimiento pioneril, en el Tercer
Congreso de la Unión de Jóvenes Comunistas (1977), se acordó convertirla
en Organización de Pioneros José Martí, con notables modificaciones en
su estructura y funcionamiento.
Entonces agruparía a los estudiantes cubanos, desde el primer grado de
la enseñanza primaria, hasta el noveno, de la secundaria básica.
La OPJM fomenta entre sus miembros el estudio, el sentido de
responsabilidad social, el amor a la patria y a los pueblos del mundo.
Sobresale en sus propósitos la realización de actividades deportivas,
culturales y recreativas; además de promover cualidades morales tales
como el sentido del honor, la modestia, el valor y la solidaridad.
El lema acordado en uno de sus plenos en 1968: “Pioneros por el
Comunismo ¡Seremos como el Che!” sintetiza la máxima aspiración de
acercarse a su modelo en gesto de valentía, honradez, disciplina,
modestia y virtudes que enaltecen la personalidad.
Quienes sobrevivimos el medio siglo, podríamos dar testimonio del
protagonismo de la organización, en la vida estudiantil de los (as)
pioneros (as). Quienes gozamos el bienestar del abuelazgo, podríamos
tejer infinidades de anécdotas en alabanzas; desde ese inolvidable día
octubrino tras presenciar la ceremonia de ingreso; hasta verles luego,
participar en diversas actividades y representaciones de héroes y
mártires, en reedición y tributo a la historia de la Patria.
Recuerdo hoy aquel primer congreso pioneril (La Habana, 1991) en tantos
rostros de la ternura y en sonrisas del corazón al decir con
fundamento: “Somos felices aquí”.