martes, 7 de julio de 2015

Descubriendo a México: Tesoros de un museo. ( Parte 1 )

                                                                                              Quien deja de aprender, deja de vivir.

                                                                                                                                      Anónimo.

Entrada del museo.


Primeras muestras:

En las puertas y paredes de un museo la historia se va mostrando atizando al conocimiento; y resplandece su luz a quienes van por conocer memorias, de un pasado místico allí revelado.

Craneos de la evolución de los primates.
Primitiva Lucy.
Lucy: una hembra adulta que bautizaron con ese nombre- reconstruida a partir de los datos que aportó el esqueleto descubierto en Etiopía -, es de las primeras imágenes exhibidas dentro de este recinto, que figura entre los más significativos de América Latina, situado en el Bosque de Chapultepec, donde se le mide el pulso al corazón historiográfico de México.

La familia de australopithecus afarensis datan de aproximadamente 3, 5 millones de años e inaugura las exposiciones del Museo Nacional de Antropología, ubicado aquí en el Distrito Federal, la ciudad de los mexicas.

Parece como si las piezas encontradas cobraran vida y en suma complicidad con el espectador, pudieran salir de los cristales protectores para conducir a los de esta era, a tiempos fascinantes en los cuales las piedras atestiguan el surgimiento y el desarrollo de disimiles culturas.

Vamos apreciando las transformaciones de los homo habilis, homo erectus, neandertales, homo sapiens, quienes por solo mencionar costumbres más notables, tallaban las piedras hasta hacerlas filosas, se alimentaban de lo que cazaban y las hembras daban a luz a sus crías, sostenidas de un tronco, con otra primitiva que miraba, como salía del árbol de la creación, el fruto de otra especie humana.


martes, 7 de abril de 2015

México tatuado con la historia de sus dioses.


Quizás en pocas naciones del globo terráqueo se venera con tanta fuerza a Dios y su unigénito Jesús, como en México. Aquí varias personas viven la navidad en los cantos de las misas, la bendición del padre con la señal de la cruz en la frente, mojada de agua bendita, un líquido preciado perfumado, y el abrazo de la navidad entre hermanos.

Principalmente en el D.F. puedo hablarles de mi experiencia junto a una pequeña familia, recién llegada esta extranjera al país azteca, en el día de Nochebuena. Me comenta mi esposo que algunos compañeros del Poli (Instituto Politécnico Nacional) esperaban la navidad intercambiando regalos, luego compartían chistes, la cena; al día siguiente se levantaban tarde, calentaban comida del día anterior, seguía un tiempo de relajación y descanso. De esta manera llevan aquí para esas fechas una convivencia familiar.

En mi caso tuve la oportunidad de tener una vivencia diferente. Llegué y fue el primer abrazo de dobles motivaciones: el encuentro esperado y la nochebuena. Luego de un vistazo al pavo acabado de salir del horno, todos juntos, dos niñas y un matrimonio de más de una década, asistimos a la misa de natividad.

A la salida del condominio (edificio habitacional), habían representado un nacimiento, el niño Jesús en el pesebre y posteriormente en la celebración de la misa hubo bengalas, cantos de una comunidad grande, mayor que el espacio de la iglesia. De regreso cenamos varios platillos, estábamos expectantes, sonrientes, por el advenimiento del 25 de diciembre: la Navidad.

 Y así se puede observar acá en México, en una jornada común, a alguien mientras trabaja haciendo arreglos en tuberías, escuchar música religiosa. Están aquellos que felicitan a los que llevan el nombre de un santo en su día, y antes del 2 de febrero se proponían mayormente en mercados, imágenes del niño Jesús, para vestirlos y bendecirlos en la festividad de la candelaria.

Desde la evangelización de México son numerosas las familias que llevan a bendecir la imagen del niño Jesús a la iglesia, en ocasión como la llegada de la Navidad y conservan en sus casas, al niño sacrosanto. El domingo de Ramos, día en que recoge la Biblia que Jesucristo entró en la ciudad de Jerusalén y fue recibido con ramos, como el rey de los judíos, múltiples mexicanos según he visto, llevan sus ramos a bendecir a la iglesia.

La cuaresma se vive religiosamente, comen pescado y mariscos cada miércoles y viernes, además el viernes santo: día en que muere Jesús, hacen un Vía Crusis en varios estados de la República, ejemplo Puebla, Sonora.

Particularmente en el DF, hace 172 años, se representa la pasión de Cristo en la delegación Iztapalapa, donde los mismos pobladores, reviven el mencionado pasaje de la Biblia.

Sin embargo México tiene históricamente plasmado la adoración a los dioses. Viene de mucho tiempo atrás, fue herencia de sus antepasados. Por ejemplo Teotihuacán, aldea que existió al inicio de la era cristiana, cobraba importancia como centro de culto en la cuenca del Anáhuac.

 Teotihuacán fue uno de los centros religiosos más importantes de Mesoamérica. Su horizonte estaba dominado por dos enormes pirámides: la "Pirámide del Sol" y la "Pirámide de la Luna", ambos unidos por una ancha avenida nombrada calzada de los muertos. 

Los agricultores vivían principalmente en casas de madera, otros habitantes vivían en moradas de piedra decoradas con pinturas, murales y, en algunos casos, con sistemas de drenaje.

Fueron los aztecas que dieron el nombre de "Teotihuacán", a esta fascinante cultura prehispánica, cuando llegaron a esas regiones alrededor del año 1320 d.c. El nombre significa "Ciudad de los Dioses o ciudad donde nacieron los dioses", ya que creían que los dioses se habrían reunido allí para crear el sol y la luna después de que el mundo y el universo fue creado. 

 La ciudad de Teotihuacán fue un sitio muy venerado por los aztecas y se convirtió en su centro de peregrinación desde la capital azteca de Tenochtitlán (actual Ciudad de México).

Es la cultura Teotihuacána una de las más misteriosas de México. Debido a que desaparecieron antes de la llegada de los españoles al país, no hay documentación de los españoles acerca de su cultura. Incluso los aztecas en la cercana ciudad de Tenochtitlán sabían muy poco acerca de ellos, porque su cultura llegó mucho más tarde de la desaparición del pueblo de Teotihuacán.

 Visitar Teotihuacán, desarrollada entre los siglos I a.c hasta el siglo VIII d.c aproximadamente, que llegó a tener una población probable de 125.000 habitantes, es una suerte que disfruta una gran afluencia de turistas.

El ambiente natural, con silbatos imitando el sonido de jaguares y antes de entrar, la danza de los voladores de Papantla, seduce a recorrer Teotihuacán por dentro.

lunes, 16 de marzo de 2015

Mi primer encuentro con la historia de México



Castillo de Chapultepec
México es un amasijo de lo nuevo y lo viejo. Unidos lo moderno y lo antiguo, engendran una población de indígenas, intelectuales, gente común: trabajadora, de clase alta, baja y paupérrima. Es imposible y pretencioso caracterizar a un país de más de 120 millones de habitantes y no es mi intención hacerlo, mas si pretendo reflejarles las impresiones de una extranjera aprendiendo desde este mundo – este otro lado -, donde se habla náhuatl, entre sus dialectos más representativos, y “mexicano”.

Un día corriente de compras en el mercado llamado Jamaica, situado en el Distrito Federal, se puede escuchar la Sonora Matancera, o en fechas especiales como el 14 de febrero, bailan los mexicanos bajo las luces del Rodeo Santa Fe, con la música de Benny Moré.

Me siento más cerca de mi Cuba, la tierra de los cubanos y de muchos otros, cuando escucho la orquesta de salsa colombiana Alquimia, hacerle homenaje a la Sonora Matancera, al interpretar El yerberito y El cañonazo y que decir de la mezcla de cumbia y son cubano, fusionados para ofrecer  contagiosos ritmos en  Viernes Cultural -, título del disco que grabara recientemente el grupo mexicano los Ángeles Azules en la isla del caimán.

No hay que olvidar que México y La Habana son dos ciudades que son como hermanas, decía en sus composiciones  el cantante Maximiliano Bartolomé Moré y en esa suerte de coincidencias, aparece la música cubana, en las películas de Germán Valdez conocido como Tin Tan dentro de la época del cine de oro del país Azteca. “El Mariachi desconocido”, ”La marca del Zorrillo” y “El Rey del Barrio” tienen presencia de las creaciones de músicos del archipiélago y varias escenas fueron filmadas en la capital de nuestra isla caribeña. Sin embargo algunos concordarán en que tuvimos la oportunidad de ver más filmes de Mario Moreno “Cantinflas”.

Las personas que conozco en México saben de los discos de Damaso Pérez Prado, Bienvenido Granda, elogian la medicina cubana, el deporte, talento de sus artistas y el carisma de los nativos bailadores, firmes y luchadores. Por eso, con el propósito de saldar deudas del conocimiento y descubrir aspectos de la cultura y tradiciones de los mexicanos, llegué al bosque de Chapultepec.

Ahí se puede hacer picnic – un día de campo en una gran ciudad – acompañados del pasto fino, parcialmente conservado, limpio y con agradable sombra. Mientras comemos tacos, conformados por tortillas de harina de maíz, a las que se añaden pollo, salsa de tomate con chile serrano, al mismo tiempo se puede disfrutar la danza de los voladores de Papantla, que proceden de la parte norte del estado de Veracruz.

Luego caminamos y más adelante encontramos el Monumento a los Niños Héroes, hasta llegar a una construcción palaciega ubicada en la cima del cerro, en el centro del bosque del mismo nombre. Me refiero al Castillo de Chapultepec.

A medida que nos vamos acercando pareciera como si retrocediéramos en el tiempo. Estamos ante la presencia del único castillo construido en América, situado a una altura de 2325 metros sobre el nivel del mar, que fuera construido por el virrey Bernardo de Gálvez y Madrid, el 16 de agosto de 1785, como su casa de verano.

Chapultepec proviene del dialecto náhuatl. Chapulli significa saltamontes y tepe (tl) cerro. El cerro del saltamontes o de Chapullín (Chapultepec) constituye el único castillo real del continente americano. Actualmente, convertido en Museo N
acional de Historia, abre sus puertas al público nacional y extranjero, de manera gratis, cada domingo.
Interior del Castillo

Una vez adentro, sus 19 salas, van ofreciendo pasajes de los lapsos de luchas del pueblo mexicano. Muestran armamentos del siglo XIX y principios del XX, inmuebles típicos de un castillo del periodo virreinal, vestimentas de españoles, pertenencias originales del cura Miguel Hidalgo, iniciador de la guerra de independencia de México, objetos y alhajas utilizados por sacerdotes, además de aderezos del emperador Maximiliano I y su esposa Carlota, quienes en el año 1864, usaron el castillo de Chapultepec como residencia oficial.