miércoles, 11 de octubre de 2017

Cuando la tierra tembló en México.

imagen de google
Antes de que mis pies tocaran suelo mexicano, ya había escuchado que temblaba, mas imaginé que se trataba de un movimiento de tierra sin grandes consecuencias. Pensé que sería similar al que sentí una vez en Santiago de Cuba, cuando el terremoto que sacudió Haití.

En aquel momento recuerdo que estábamos en el Colegio la Salle de la ciudad Héroe, segundo piso; recibiendo las clases de Inglés, método Interchange. De repente todo comenzó a moverse. Solo atinamos a quedarnos en nuestros asientos, que se balanceaban de un lado a otro, mientras nos mirábamos con caras de soltar las risas, pues lo veíamos como algo gracioso e inesperado.

Acto seguido bajamos y todo permanecía  igual: sin daños materiales ni humanos. Así continué viviendo ese día y los restantes. En tanto Haití, respiraba podredumbre, destrucción, muertes crecientes, ´´Santiago seguía siendo Santiago´´.

Por ello, exceptuando el hecho de sentir unos pequeños vaivenes terrenales entre mis zapatos, nunca supe la magnitud de lo que es, vivir un fuerte temblor, hasta este 19 de septiembre de 2017. Apenas en estos momentos puedo escribir, pues antes se me congelaron las palabras.